Hombre recio si los hubo dentro de la cancha, Eduardo Heguy se reconoce como una persona muy sensible.
Le ha tocado pasar situaciones bravas con tíos, primos y hasta con uno de sus propios hijos.
Jugando al polo, como él mismo lo afirma, se sentía “inmortal”, con lo que ello implica ir arriba de un caballo a 60 kilómetros por hora pegándole a una bocha.
Abajo del caballo encontramos a un padre de familia capaz de emocionarse viendo deportes por TV..